¿QUÉ INCIDENCIA TIENE LA CARGA FISCAL EN EL PRECIO DE UNA LATA DE CERVEZA DESTINADA A SER CONSUMIDA TRAS SU VENTA EN EL MERCADO MINORISTA?
La cerveza es un producto sometido al Impuesto sobre la Cerveza, uno de los tributos que configuran el bloque alcohólico de los Impuestos Especiales, regulado en el Capítulo III (artículos 24 a 26) de la Ley 38/1992, de Impuestos Especiales.
A diferencia del Impuesto sobre el Alcohol y Bebidas Derivadas que grava las bebidas espiritosas con un alto contenido alcohólico (vodka, ron, whisky) y el Impuesto sobre los Productos Intermedios que grava el vermut, la sidra o el jerez, el Impuesto sobre la Cerveza no ha experimentado un incremento en su tipo de gravamen, a raíz del reciente Real Decreto-ley 3/2016, de 2 de diciembre.
El objeto del presente artículo es analizar la incidencia que tiene la carga fiscal en el precio de una lata de cerveza destinada a ser consumida tras su venta en el mercado minorista.
Para ello acudimos a los tipos impositivos del impuesto regulados en el artículo 26 de la Ley donde es necesario resaltar dos aspectos de especial relevancia. En primer lugar, la Ley no somete a tributación las cervezas con un grado alcohólico inferior al 1,2% (no sujetando al impuesto las cervezas con un grado alcohólico inferior a 0,5% y aplicando un tipo 0 a los productos con un grado alcohólico inferior a 1,2%). En segundo lugar, el tipo impositivo se determina no solo en función del grado alcohólico del producto, sino también del grado Plato.
El grado Plato es definido en el artículo 20 de la Ley como “La cantidad en gramos de extracto seco primitivo del mosto original de la cerveza contenido en 100 gramos de dicho mosto a la temperatura de 20º.”A su vez, se define el extracto seco primitivo del mosto original de la cerveza como “la materia seca natural procedente de la molturación de la malta y de otros productos autorizados, molturados o no, que dan lugar por digestión enzimática al concentrado azucarado existente en un mosto del que se obtendría, mediante fermentación alcohólica, la cerveza.” Pues bien, de forma resumida, podría definirse el extracto seco primitivo como el conjunto de ingredientes orgánicos que componen el mosto de la cerveza antes de su fermentación, durante el proceso de elaboración del producto. En este sentido, el grado Plato es una unidad de medida que indica los gramos de extracto seco que hay en 100 gramos de mosto. A efectos fiscales, un grado Plato equivale legalmente a 0,4 % de alcohol.
Así, el artículo 26 de la Ley distingue entre diferentes tipos de gravamen en función de la graduación y el grado Plato por hectolitro de producto acabado a temperatura de 20º de la siguiente forma:
Pasamos a ilustrar a continuación esta subida impositiva tomando como ejemplo una lata de cerveza de 33cl con una graduación alcohólica de 4,8%, grado Plato 11 y un precio de 0,60 euros (sin impuestos), y una cerveza de importación con una elevada graduación de 8,5%, grado Plato 16 y un precio de 1,30 euros (sin impuestos).
–
Así, la carga fiscal que soporta la cerveza por impuesto especial es prácticamente nula e inapreciable por el consumidor final. Se sitúa de camino entre el vino, producto exento de impuesto especial, y los productos intermedios, que a pesar de competir con la cerveza en el mercado, están sometidos a una tributación netamente superior.
Por otro lado, a efectos fiscales, la graduación y el grado Plato de la cerveza no aumentan de forma excesiva la tributación por imposición indirecta. Lo especialmente relevante es el precio, que constituye la base imponible del IVA. Así, no se aprecia la finalidad extra fiscal del impuesto, que no es otra que reducir el consumo del alcohol, considerado perjudicial para la salud de las personas. Por tanto, una diferencia de apenas un céntimo de euro entre dos productos con graduación diferente implica que la estructura del impuesto no refleja la finalidad extra fiscal del mismo.
Jordi Porcel Gomila
Departamento Jurídico
FIDE Asesores Legales y Tributarios
Lectura: 3 min.
